viernes, 11 de enero de 2013

Nada tan evocador como el humo de un cigarrillo.

La última vez que lo ví yo aún fumaba y aún vivía. Habían pasado más de veinte años, atrás quedaba aquel tiempo compartido en que yo me hacía hombre y él recién huído de la adolescencia, enfilaba su mirada hacia un futuro más que prometedor.
  La vida vuela mientras nosotros soñamos.

No hay comentarios: